lunes, 31 de enero de 2011

¡Por Júpiter!, qué violentamente decaído me siento hoy.

Tocando hueso

10.13. Salgo a tomar un café con la intención de reflexionar un rato y comprender por qué, aunque cada día me ponía más enfermo, no tomé la decisión de plantar la oposición y empezar a trabajar.

16. 43.  a. mi mentalidad sólo tenía como opción digna la de profesor de filosofía.
             b. el mundo del trabajo me daba miedo, no era capaz de ver en él una alternativa sino una amenaza.
             c. me faltó humildad o sentido de la realidad para darme cuenta que en ese momento de mi vida  la oposición era una empresa por encima de mis posibilidades.
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Una vida sin ilusión, como la mía, aun teniendo en cuenta los atenuantes, no deja de ser un estrepitoso fracaso personal.

lunes, 24 de enero de 2011

Los días pasan. El desconcierto permanece.

martes, 4 de enero de 2011

Por encima de mí hay toneladas de idiotas. Esto no es un consuelo, es una verdad.
No puedo hablar de mi generación como elemento enaltecedor (invento de los necesitados de épica). Puedo hablar de vacío, de pérdida de tiempo y de expectativas frustradas. Por eso escribo sobre lo insustancial: para describir a mi modo el tiempo que me ha tocado vivir (y a mi modo contribuir a la verdad de los hechos): la bendita grisura de un tiempo inane.